El objetivo de la actividad de hoy es analizar una conducta disruptiva que se da en el aula.
Para ello, en primer lugar es necesario llevar a cabo una recogida de información para conocer mas información sobre dicha conducta, información como;
- Historial de la conducta: cuándo se presenta esta conducta, frecuencia...
- Antecedentes: cómo se encuentra el alumno que realiza la conducta
- Topografía: la forma física que adquiere la conducta.
- Función: con qué fin y por qué se realiza esa conducta.
- Consecuencia: resultados de ésta.
CASO: Adrián es un niño
de 7 años que presenta NEE asociadas a un Trastorno de Espectro Autista,
TEA, que durante una semana está
teniendo una conducta disruptiva, al llegar cada mañana al colegio y entrar
en el aula, tira el bote de las ceras
de la estantería de materiales de clase, al suelo.
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Hablamos de una conducta disruptiva asociada a la utilización de
objetos de forma inapropiada. Los objetos suelen
tener un uso específico y limitado, por lo que dar un uso inapropiado también
deberíamos incluirlo en la falta de regulación conductual. Podemos tener
conductas de arrojar, golpear, dañar, romper o utilizar un objeto con una
finalidad que no corresponde, como es el caso que nos ocupa con Adrián.
A
continuación planteamos un programa de actuación para reconducir la conducta
analizada anteriormente, con el fin de que ésta sea positiva.
Para ello, nos basaremos en el Apoyo Conductual
Postivo, (ACP).
Lo haremos
desde un enfoque proactivo, el cual se basa en la construcción de un
comportamiento adecuado a las normas, mediante experiencias positivas, por lo que debemos dar oportunidades
a Adrián, reforzando conductas socialmente positivas, trabajando desde la
anticipación de la conducta disruptiva, por ejemplo a través del moldeamiento,
al llevarle a su mesa nada más entrar, indicándole lo que vamos a hacer ese día
a través de su agenda personal, basada en pictogramas de ARASAAC, así nos
estaremos anticipando a que tenga la conducta disruptiva, planteada, al no dejar que deambule por la
clase y desee tirar las ceras al suelo.
Tras dicho moldeamiento nos
valdremos del contrato, (ya que en otra ocasión del día a Adrián le dé por
deambular, volverá a tirar las ceras), realizaremos con técnica de regulación
de conducta, desde el ACP, un contrato.
Para ello, cómo sabemos lo que
le gusta a Adrián jugar en la tablet, le presentaremos este contrato, que
previamente habremos trabajado y elaborado de forma conjunta teniendo en cuenta
estas premisas:
Recordar la norma regularmente y reforzar verbalmente
el seguimiento de las misma.
A continuación mostramos el ejemplo:
El contrato se
basa en mostrarle cada mañana la
cartulina con los pictogramas siguientes, que indican que no tire las ceras
al suelo. Si no lo hace, le dejaremos jugar un rato a la tablet, al finalizar la jornada de
ese día.
Este será nuestro contrato con Adrián:
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